Wang Xifeng, esposa del activista de derechos humanos Qin Yongmin, denunció ante las Naciones Unidas que el Gobierno de China los mantiene bajo constante acoso y que una de las presiones fue que la obligaron a abortar bajo las políticas de control natal que rigen el país.
A través de una carta enviada a la organización de Derechos Humanos de China, con sede en Hong Kong, Xifeng narró que su caso comenzó cuando en mayo se mudó a Wuhan para casarse con Yongmin; matrimonio que no quiere ser reconocido por el Gobierno y por tanto, al no contar con licencia, es considerado ilegal.
Así, sin recibir explicación, ambos fueron detenidos en junio durante 26 días. En este periodo Xifeng fue forzada a abortar porque las políticas de control natal prohíben a parejas no casadas tener niños.