El Consejo de Estado de Francia, rama del gobierno que actúa como corte suprema, decidió el 5 de enero permitir a médicos desconectar el soporte vital a Inés, una niña de 14 años en estado vegetativo, contra la voluntad de sus padres.
Debido a una enfermedad autoinmune muscular, Inés sufrió un ataque cardiaco en junio de 2017. Desde entonces se ha encontrado en estado vegetativo, en el hospital universitario de Nancy, al noreste del país.
Los médicos decidieron detener el tratamiento a la menor y desconectar la ventilación mecánica que la asiste, al considerar que su situación es irreversible, pero los padres, de religión musulmana, recurrieron la decisión ante el Tribunal Administrativo de Nancy. Al recibir un fallo contrario el 7 de diciembre, apelaron al Consejo de Estado.