Fieles en Argentina se congregaron el 7 de agosto en los principales santuarios dedicados a San Cayetano, patrono del pan y del trabajo.
Las plegarias que los obispos diocesanos dirigieron a Dios por intercesión del santo fueron para pedir unidad y trabajo en un momento de profunda crisis económica que ha sumido a un 35% de la población en la pobreza desde 2008.
En ese sentido, Mons. Adolfo Uriona, Obispo de Villa de la Concepción de Río Cuarto, expresó que "San Cayetano nos anima a no bajar los brazos en medio de la crisis económica social que atraviesa nuestro país. Es un santo que nos dice: 'Sigan confiando en Dios que es Providencia, sigan confiando en mi mediación ante Dios, porque yo estoy al lado de todos los argentinos'".