Al verlo, el personal de seguridad lo llevó a la capilla de Nuestra Señora de las Gracias y allí se quedó por un tiempo.
"Cuando se fue ya era completamente diferente y ya no tenía la intención de suicidarse, y dijo que hasta se iba a deshacer del arma", recordó.
El otro caso ocurrió hace poco en la estación de Belém, en la capilla de Nuestra Señora de Nazareth, cuando un camionero que visitó la capilla se encontró con un sacerdote y desistió de suicidarse.
Janeth relató que aquel día el sacerdote que estaba de visita "pensó que la luz del sagrario estaba apagada", así que ingresó a la capilla para encenderla y vio a un hombre llorando.
"El sacerdote se identificó y preguntó si podía ayudar. El hombre dijo que había entrado allí con la idea de quitarse la vida, pero le había dicho a Dios: 'Si encuentro aquí un sacerdote que responda a mi confesión, cambiaré de opinión'. Fue justo cuando entró el sacerdote y habló, oró con él y cambió de opinión", relató.
Finalmente, dijo que la empresa anima a sus empleados a vivir la fe católica y que en todas las estaciones, incluso las que aún no tienen capilla, ofrecen una Misa mensual.
Además, indicó que todas las mañanas los trabajadores rezan juntos apoyados de la liturgia del día.
Precisó que los empleados "no están obligados" a rezar, pero "todo se detiene hasta que ocurre la oración". No obstante, aseguró que la gran mayoría participa, pues "hay una gran unidad entre católicos y no católicos".
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en ACI Digital.