Al finalizar su 91° Asamblea Plenaria, el Episcopado chileno emitió un comunicado en el que reafirma tres principios que son “intransables” para un auténtico progreso humano y social: la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la promoción de la familia y el derecho de los padres a educar a sus hijos.

“Con el Papa Benedicto XVI reafirmamos, entre otros, tres principios que son intransables para un auténtico progreso humano y social: la protección de la vida humana en todas sus fases desde la concepción hasta la muerte natural; el reconocimiento y la promoción de la estructura natural de la familia fundada en la unión matrimonial entre un hombre y una mujer; y la protección del derecho de los padres a educar a sus hijos”, afirman los obispos.

Luego de precisar que “estos principios están inscritos en la naturaleza humana, y por lo tanto son comunes a toda la humanidad”, los prelados subrayan que “la fe los confirma e ilumina. Esperamos que estos principios sean ampliamente comprendidos y resguardados en nuestra legislación”.

Recordaron, asimismo, que “sigue pendiente el llamado del recordado Papa Juan Pablo II en su visita a Chile: ‘Los pobres no pueden esperar’. Este desafío prioritario, que es más realizable ahora dados los progresos del país, lo debemos asumir como sociedad toda. El testimonio de San Alberto Hurtado nos impulsa a ello”.

En el mensaje, los prelados destacan la importancia del mundo agrícola del país y expresan su preocupación por algunas situaciones como la de los jóvenes que emigran a la ciudad; el abandono del campo, el creciente desplazamiento y la descomposición de la familia que también pierde capacidad de educar y transmitir la fe, entre otros; y proponen “buscar un desarrollo rural sustentable que permita crecer con justicia sin perder nuestras raíces culturales y cristianas, que son elementos básicos de la identidad nacional”.

Tras manifestar la importancia de los pueblos indígenas y la necesaria tutela que debe hacerse de sus derechos, los obispos chilenos expresan su esperanza en que “las iniciativas de seguridad pública que se emprendan cuenten con el necesario diálogo social previo, que involucren los ámbitos de la familia, la educación y el trabajo” y expresaron su solidaridad “con los familiares de personas desaparecidas que, todavía hoy, no logran el consuelo de encontrar a los suyos, o tener la certeza de haberles dado una sepultura digna”.

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