Miles de fieles y peregrinos rezaron en la Plaza de San Pedro este mediodía el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien desde la ventana del Palacio Apostólico recordó a los presentes la importancia del rezo del Rosario: la oración más querida por la Madre de Dios y que conduce directamente a Cristo.
El Papa, que celebró la Misa de apertura de la Asamblea Especial para el Medio Oriente del Sínodo de los Obispos, recordó que “en aquellos países, lamentablemente marcados por profundas divisiones y heridas a causa de los varios conflictos, la Iglesia está llamada a ser signo e instrumento de unidad y de reconciliación, siguiendo el modelo de la primera comunidad de Jerusalén”.
“Esta tarea es ardua, pues los cristianos en el Medio Oriente se encuentran frequentemente soportando condiciones de vida difíciles, tanto a nivel personal como familiar y comunitario. Pero esto no debe desalentar: es justamente en este contexto en que es más necesario y urgente el mensaje de Cristo: ‘Convertíos y creed en el Evangelio’”, dijo el Papa y seguidamente invitó a todos a “rezar pidiendo a Dios una abundante efusión de los dones del Espíritu Santo”.