10 de abril de 2018 / 06:50 AM
Después de reunirse con los Misioneros de la Misericordia, el Papa Francisco celebró una Misa con ellos en el altar de la cátedra en la Basílica de San Pedro. Una celebración en la que concelebraron los 550 misioneros de los cinco continentes que estos días están en Roma, a los que invitó a ser "sencillos" y "mansos".
En su homilía, el Santo Padre pidió "sacerdotes normales, simples, mansos, equilibrados, pero capaces de dejarse constantemente regenerar del Espíritu, dóciles a su fuerza, interiormente libres –sobre todo de sí mismos– para que sean movidos por el 'viento' del espíritu que sopla donde quiere".
Además, habló del servicio a las personas y el servicio de las comunidades. Y para eso, el sacerdote debe nacer de lo alto" porque si no uno termina convirtiéndose como Nicodemo que, a pesar de ser maestro en Israel, no entendía las palabras de Jesús cuando decía que para "ver el reino de Dios" se necesita "nacer de lo alto".