Desde la residencia de verano de Castel Gandolfo y ante un nutrido grupo de peregrinos, el Papa Benedicto XVI recordó que el camino para seguir a Jesús y alcanzar la felicidad no pasa por el éxito material sino por tomar la propia cruz.
Antes del rezo del Ángelus, Benedicto XVI explicó que orientar la vida a alcanzar solo el éxito social, el bienestar físico y económico, “es poner a un lado a Dios, no aceptar su proyecto de amor, e incluso impedirle cumplir su sabia voluntad”.
“Es evidente la divergencia ente el designio del amor del Padre, que llega hasta el don del Hijo Unigénito sobre la cruz para salvar la humanidad, y las expectativas, deseos y proyectos de los discípulos. Y este contraste se repite también hoy, cuando la realización de la propia vida está orientada solamente al suceso social, al bienestar físico y económico y no se razona más según la voluntad de Dios sino según los hombres”, afirmó según la traducción divulgada por Radio Vaticana.