En una carta dirigida al Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, con ocasión de su sesión plenaria, el Papa Benedicto XVI reafirmó dos principios que han marcado su pontificado: distinguir mejor la diferencia entre los beatos y los santos; y precisar el concepto de “martirio” como muerte por “odio a la fe”.
El Pontífice alentó la decisión de la Congregación de disponer una “Instrucción para el desarrollo de la investigación diocesana en las Causas de los Santos”, que se dirige a los obispos diocesanos con el fin de “salvaguardar la seriedad de las investigaciones, sea cuando se examinan las virtudes de los siervos de Dios, los casos de martirio o los posibles milagros”.
“Está claro –escribe el Papa– que no se podrá iniciar una causa de beatificación o canonización en ausencia de fama de santidad comprobada, aunque se trate de personas que se han distinguido por su coherencia evangélica y por particulares méritos eclesiales y sociales”.