El Papa pide el fin de la guerra en Sudán del Sur, país que visitaría en 2020

El Papa Francisco pidió diálogo a los líderes de Sudán del Sur, país africano inmerso en un conflicto civil desde que alcanzó la independencia de su vecino Sudán en 2011 y que el está previsto que el Pontífice visite en 2020, aunque la fecha aún está sin determinar.

"Dirijo un pensamiento especial a mi querido pueblo de Sudán del Sur, que deberé visitar este año próximo (2020). Con el recuerdo todavía vivo del retiro espiritual para las autoridades del país, que se desarrolló en el Vaticano el pasado mes de abril, deseo renovar mi invitación a todos los actores del proceso político nacional a buscar aquello que los une y superar aquello que divide, en espíritu de verdadera fraternidad".

El Santo Padre tuvo palabras de reconocimiento del sufrimiento padecido por la población sur-sudanesa: "El pueblo sur-sudanés ha sufrido demasiado en los últimos años y espera con gran esperanza un futuro mejor, sobre todo el fin definitivo de los conflictos y una paz duradera".

Por ello, "exhorto a los responsables a continuar, sin cansarse, con el compromiso en favor de un diálogo inclusivo en la búsqueda del consenso para el bien de la nación".

"Expreso una vez más el deseo de que la comunidad internacional no deje de acompañar a Sudán del Sur en el camino de reconciliación nacional. Os invito a rezar por este país, por el cual tengo un afecto particular", concluyó el Papa.

El mismo Papa Francisco anunció el pasado 16 de marzo su intención de viajar a Sudán del Sur en 2020 siempre que se dieran las condiciones apropiadas. El viaje ya había sido cancelado en mayo de 2017 al no estar garantizada la seguridad del Pontífice y de los fieles que participarían en los eventos.

El Pontífice confirmó su intención de realizar este viaje durante el discurso que pronunció el 11 de abril en la Casa Santa Marta durante el retiro espiritual en el que participaron autoridades civiles y eclesiástica de Sudán del Sur.

El conflicto que padece Sudán del Sur se convirtió en guerra civil abierta en diciembre de 2013 debido a las dificultades para la convivencia entre las diferentes etnias y culturas del país, en especial entre los pueblos dinka, a la que pertenece el Presidente Salva Kiir, y el pueblo Nuer, cuyos líderes son los principales opositores al oficialismo.

En agosto de 2015 se firmó un acuerdo de paz, pero un año después, en julio de 2016, se reanudaron los enfrentamientos con mayor violencia.

Además, la guerra a provocado la inviabilidad económica del país que, junto con los efectos de la sequía y el latente conflicto con sus vecinos de Sudán por el control de las materias primas del norte del país, ha ocasionado situaciones de hambruna.