16 de noviembre de 2008 / 09:04 AM
Al presidir el rezo del Ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI reflexionó sobre la parábola de los talentos del Evangelio dominical de hoy y precisó que los cristianos no pueden esconder los dones recibidos de Dios bajo un manto de prejuicios.
El Papa recordó que el hombre de la parábola representa al propio Jesucristo, y los siervos, son los discípulos, mientras que los talentos, son los dones que Jesús les confía. “Esos dones además de la calidad natural, representan las riquezas que el Señor Jesús nos dejó en herencia: su Palabra, el Bautismo, la oración, y su perdón. En una palabra: el Reino de Dios, que es Él mismo, presente y vivo entre nosotros”, indicó.
También explicó que la actitud equivocada es la del miedo. “El siervo que tiene miedo de su patrón y teme el regreso, esconde la moneda bajo tierra no produciendo ningún fruto”, señaló.