En este tercer domingo de Cuaresma, el Papa Benedicto XVI visitó la parroquia romana de San Juan de la Cruz y luego presidió la oración del Ángelus en el Vaticano. En ambas ocasiones el Pontífice destacó la importancia de trabajar en la conversión personal en este tiempo del “centro” de la Cuaresma.
“En Cuaresma”, dijo el Papa durante su visita a la Parroquia romana de San Juan de la Cruz en Colle Salario, “cada uno de nosotros está invitado por Dios a dar un cambio radical a la propia existencia pensando y viviendo según el Evangelio, corrigiendo alguna cosa en el propio modo de rezar, de actuar, de trabajar, y en la relación con los demás”.
“Jesús nos hace este llamamiento no con severidad, sino porque está preocupado de nuestro bien, de nuestra felicidad, de nuestra salvación”, agregó.