Luego de presidir la oración del Ángelus, el Papa Francisco rezó, junto a los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, para que en la República Democrática del Congo, "se emprenda un diálogo con serenidad que evite cualquier tipo de violencia, y por el bien de todos los países".
El país africano atraviesa un período de turbulencias políticas ante la negativa del actual mandatario, Joseph Kabila, a abandonar el cargo el próximo 19 de diciembre, a pesar de que así lo establece la Constitución.
La negativa del Ejecutivo a facilitar la formación de un nuevo gobierno mediante la convocatoria de elecciones podría desatar una espiral de violencia de imprevisibles consecuencias, que incluso amenaza con extenderse a otros países de la región.