El Papa Francisco renovó, por medio de un quirógrafo con fecha del 8 de agosto, los Estatutos del Instituto para las Obras de Religión (IOR) para los próximos dos años.
Esta renovación ad experimentum (es decir, limitada en el tiempo, según la expresión empleada por el Pontífice) de la norma por la que se rige el conocido como Banco Vaticano, supone una actualización de los Estatutos con los cuales el Papa San Juan Pablo II había concedido una nueva configuración al IOR, conservando su nombre y finalidad.
Según señaló el Santo Padre en el quirógrafo, el objetivo de la renovación de los Estatutos es "adecuar siempre mejor las estructuras y la actividad del Instituto a las exigencias de los tiempos, recurriendo, en particular, a la colaboración y a la responsabilidad de los laicos católicos competentes".