En la homilía de la Misa que presidió esta mañana en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco alentó a los fieles a pedirle al Señor la gracia de la "santa vergüenza" como remedio ante las tentaciones de la ambición y la mundanidad que también se dan en la Iglesia.
Meditando en las lecturas de hoy, el Santo Padre recordó que Jesús les explica a sus discípulos que "si uno quiere ser el primero, debe hacerse servidor de todos".
El Pontífice también pidió rezar por la Iglesia, "por todos nosotros", para que Dios defienda a cada uno "de las ambiciones, de la mundanidad de sentirse más grande que los otros".