"Y por eso estoy aquí, como su Obispo, para compartir, porque es muy importante que la Diócesis de Roma se comprometa con convicción en este camino. Sería una vergüenza que la Diócesis del Papa no se comprometiera en ello, ¿no? Una vergüenza para el Papa y para ustedes también", advirtió.
Por ello, el Pontífice recomendó "no dejar a nadie fuera o detrás" y subrayó que la escucha y el caminar juntos "le hará bien a la Diócesis de Roma y a toda la Iglesia" porque "no se fortalece sólo con la reforma de las estructuras, ¡éste es el gran engaño!, dar instrucciones, ofrecer retiros y conferencias, o a fuerza de directivas y programas… Esto es bueno, pero como parte de algo más, pero se redescubrirá que se es un pueblo que quiere caminar junto, entre nosotros y con la humanidad".
En este sentido, el Santo Padre indicó "si la parroquia es la casa de todos en el barrio, no un club exclusivo, les recomiendo: dejar puertas y ventanas abiertas, no limitarse a considerar sólo a los que asisten o piensan como tú -eso será un 3, 4 o 5%, no más-. Que todo el mundo entre... Permítanse a ustedes mismos el salir al encuentro y dejarse cuestionar, dejen que sus preguntas sean sus preguntas, permitan caminar juntos: el Espíritu los guiará, confíen en el Espíritu. No tengan miedo de dialogar y dejarse mover por el diálogo: es el diálogo de la salvación".