Desde el inicio de su Pontificado en marzo de 2013, el Papa Francisco ha sorprendido a los fieles que le escriben pidiendo consejo con llamadas telefónicas. Uno de los casos más recientes es el de Ana Bagori, una madre italiana que recibió el consuelo del Santo Padre tras la muerte accidental de su hijo.
"Me dijo que esa noche y durante las semanas siguientes rezaría por Andrea", explicó Bagori el 10 de septiembre el diario italiano Il Secolo XIX.
Bagori, natural de Vezzola (Italia), recibió una primera llamada. La mujer respondió "estoy llegando", y colgó el teléfono. Pensaba que se tratara de una compañera de trabajo. Después, llegó una segunda llamada, "Hola. ¿Anna Bagori?". La voz inconfundible de Papa Francisco al otro lado del teléfono casi la deja sin respiración. Con dificultad, Bagori consiguió responder: "Si… soy yo…".