En una visita de carácter privado el Papa Francisco almorzó ayer junto a 400 refugiados, en el Centro Astalli del Servicio Jesuita para Refugiados de Roma situado en el corazón de la ciudad.
El Santo Padre llegó a las 3.30 p.m. al Centro Astalli, en el mismo horario donde cada día cientos de personas en busca de asilo político y refugiados, esperan recibir un plato de comida caliente.
El Pontífice saludó y habló con algunos de ellos y después se dirigió a la Iglesia de Jesús, a escasos pasos del Centro Astalli, para visitar la tumba de sacerdote jesuita Pedro Arrupe, fundador del Servicio Jesuita para Refugiados.