"El acceso al agua potable y segura es un derecho humano esencial y universal. Es fundamental, porque determina la supervivencia de las personas y por ello es condición para el ejercicio de todos los demás derechos y responsabilidades. Garantizar una nutrición adecuada para todos a través de métodos agrícolas no destructivos debería convertirse entonces en el propósito fundamental de todo el ciclo de producción y distribución de alimentos", indicó.
Finalmente, la tercera propuesta fue sobre "la transición energética", es decir, una "sustitución gradual, pero inmediata, de los combustibles fósiles por energías limpias", según señala el Santo Padre.
"Tenemos algunos años, los científicos calculan aproximadamente menos de treinta para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Esta transición no solo debe ser rápida y capaz de satisfacer las necesidades energéticas presentes y futuras, sino que también debe estar atento a los impactos sobre los pobres, las poblaciones locales y quienes trabajan en los sectores de producción de energía", añadió.
"Estas tres propuestas deben entenderse como parte de un amplio conjunto de acciones que debemos realizar de manera integrada para llegar a una solución duradera a los problemas", comentó.