10 de marzo de 2017 / 07:18 AM
El Papa Francisco concluyó esta mañana los ejercicios espirituales por Cuaresma en los que participó junto a los miembros de la Curia del Vaticano durante esta semana en la localidad de Ariccia, agradeció al sacerdote que dirigió las reflexiones y compartió una divertida anécdota sobre la importancia de las meditaciones.
En sus palabras de agradecimiento dirigidas al sacerdote franciscano P. Giulio Michelini, el Santo Padre recordó la anécdota de un "gran predicador español a quien, luego de una gran prédica bien preparada, se le acercó un hombre –gran pecador público– en lágrimas, pidiendo la confesión: se ha confesado, una catarata de pecados y lágrimas, pecados y lágrimas".
"El confesor, asombrado, porque conocía la vida de este hombre, le preguntó: '¿Me puede decir en qué momento ha sentido que Dios le tocó el corazón? ¿Con qué palabra?'. 'Cuando usted dijo: 'Pasamos a otro argumento' (risas)".