Al finalizar el rezo del Ángelus dominical este 3 de octubre, el Papa Francisco lamentó "un terrible brote de violencia" entre los reclusos de una cárcel en Guayaquil, Ecuador, que causó al menos 118 muertos y 80 heridos.
De este modo, el Santo Padre dijo a los numerosos fieles reunidos en la plaza de San Pedro para la oración del Ángelus que le "entristece mucho" el reciente "terrible brote de violencia entre reclusos pertenecientes a bandas rivales ha dejado más de un centenar de muertos y muchos heridos" en una cárcel de Guayaquil, Ecuador.
"Rezo por ellos y por sus familias. Que Dios nos ayude a curar las heridas del crimen que esclaviza a los más pobres. Y ayudar a los que trabajan cada día para que la vida en la cárcel sea más humana", advirtió el Papa.