Durante el encuentro con los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019, el Papa Francisco escuchó atentamente el testimonio de una joven que debió postergar su participación en la JMJ Cracovia para ayudar en su casa ante la muerte de tres abuelos suyos.
En el Estadio Rommel Fernández y frente a unos 19.500 jóvenes servidores, Stella Maris Deville Moreno de 21 años de edad recordó que esperaba vivir una JMJ desde hace muchos años.
Desde niña escuchaba de las jornadas mundiales, "pero sinceramente me falta ese granito de mostaza. No me veía en una jornada y no veía a mi país siendo sede de un evento como este".