El Papa Francisco presidió este sábado en el Santuario de San Juan Pablo II, en Cracovia (Polonia) la Misa con los sacerdotes, religiosos, consagrados y seminaristas, a quienes pidió "ser escritores vivos del Evangelio" con obras de misericordia, pues Cristo no quiere discípulos duros, sino que habiendo experimentado el perdón de Dios, lo derramen con compasión sobre los hermanos.
El Pontífice hizo esta exhortación frente a los más de 100 obispos de diferentes países y 2.000 personas reunidas en el templo, entre sacerdotes, religiosos, consagrados y seminaristas de toda Polonia. Además, la Eucaristía fue seguida fuera del santuario por otras 5.000 personas.
"¿Qué es lo que nos pide Jesús? Quiere corazones verdaderamente consagrados, que viven del perdón que han recibido de Él, para derramarlo con compasión sobre los hermanos. Jesús busca corazones abiertos y tiernos con los débiles, nunca duros; corazones dóciles y transparentes, que no disimulen ante los que tienen la misión en la Iglesia de orientar en el camino", afirmó.