"Soy católico, he comprendido que, sin Dios, el hombre no es nada. Y, además, no existe un ser humano que no crea en algo. A mi edad, miro la muerte con curiosidad. ¿Qué hay del otro lado? ¡Nadie ha regresado para contárnoslo!".
Esta fue una de las últimas declaraciones de Carlo Pedersoli, más conocido como Bud Spencer, antes de fallecer este lunes a los 86 años de edad. Un hombre sin complejos, capaz de conjugar su gran tamaño y sus porrazos con una imagen de bonachón y tierno.
"Cuando el Padre Eterno me llame, quiero ver qué pasa. Porque si no sucede nada, me voy a enfadar. ¿Me has hecho levantarme todas las mañanas durante 86 años para no ir al final a ninguna parte? Ante tantas cosas enormes que no comprendemos, sólo me puedo aferrar a Él. Cuando me llame, todo se aclarará. Porque hoy ya no se entiende nada".