En Pakistán, el constante incremento de secuestros de menores de edad, que luego son obligadas a convertirse al Islam y casarse con musulmanes, causa indignación y cada vez son más los organismos internacionales que condenan este drama.
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) informó esta semana que la Conferencia Episcopal Pakistaní y decenas de organizaciones de derechos humanos, han instado al Gobierno de Pakistán a reunir los datos sobre el vertiginoso aumento de casos de conversiones forzadas para presentarlos al Parlamento.
En un informe presentado en julio al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el Centro para la Justicia Social (CJS) de Lahore, un observatorio dirigido por el activista católico Peter Jacob, presentó 78 casos de conversión forzada solo en 2021, un incremento de casos del 80% respecto al año 2020.