En el vuelo de regreso a Roma procedente de Israel, el Papa Francisco condenó una vez más el abuso sexual de menores protagonizado por sacerdotes, comparó este delito con una "misa negra", aclaró que no hay privilegios para los obispos que incurran en estos hechos y anunció que en unos días se reunirá con un grupo de víctimas en el Vaticano.
Al ser preguntado por un periodista sobre lo que hará si encuentra un obispo que no cumple con las normas de las iglesias locales en esta delicada materia, el Papa Francisco aclaró que "no existen privilegios" para los pastores que incurran en estos casos.
"En la Argentina a los privilegiados les decimos 'este es un hijo de papá' y en este problema no habrá 'hijos de papá'. En este momento hay tres obispos que están bajo investigación: uno ya está condenado y se está estudiando la pena que hay que hacer. No existen privilegios", explicó.