Al presidir esta mañana la audiencia general en la que continuó sus catequesis sobre la oración, el Papa Benedicto XVI resaltó que Dios habla a cada persona en el silencio y por lo tanto es necesario saberlo escuchar.
Ante miles de fieles presentes, el Santo Padre puso como ejemplo de silencio a los monasterios, que suelen ubicarse en "lugares particularmente bellos, en el campo, las colinas, en los valles de las montañas, cerca de los lagos o el mar, e incluso en pequeñas islas".
"Estos lugares unen dos elementos muy importantes para la vida contemplativa: la belleza de la creación, que lleva a la belleza del Creador, y el silencio garantizado por la lejanía respecto a la ciudad y a las grandes vías de comunicación".