La Fundación de Madres, Familia y Futuro del Movimiento Juvenil del Barrio advirtió que el deterioro de los valores éticos en Cuba ha sido consecuencia de las políticas aplicadas por el régimen comunista, cuyo "objetivo prioritario" fue destruir la familia y la autoridad de los padres para perpetuarse en el poder.

"Algunas personas piensan que el deterioro de los valores éticos se ha producido de forma espontánea, lo que no es totalmente cierto. El poder absoluto que tiene el régimen lo obtuvo precisamente por haber armado -durante años- todo un andamiaje de control en la sociedad, la economía y la política", expresó en un artículo publicado en el sitio de Facebook de la líder disidente Martha Beatriz Roque.

El texto, titulado "Recuperación de los valores éticos", explicó que "para poder consolidar y perpetuar un régimen dictatorial como este, desde su inicio se precisaba disponer de la juventud, lo cual garantizaría la manipulación social a largo plazo; al igual que la pérdida de la autoridad de los padres y la destrucción de la familia, que siempre fue un objetivo prioritario".

"De ahí surge la necesidad de eliminar, o al menos debilitar, la transmisión de valores morales a través de la familia, y entre otros: las instituciones religiosas, los textos escolares, los medios de difusión, las escuelas y cualquier otro tipo de asociación privada", añadió.

La Fundación relató que desde que tomó el poder en 1959, el régimen de los hermanos Fidel y Raúl Castro trabajó en el alejamiento de los niños y jóvenes de sus hogares con o sin permiso de los padres y bajo diferentes consignas y motivaciones.

Además se confiscó la educación privada y religiosa y se eliminaron asignaturas como Educación Moral y Cívica, además de libros que eran reconocidos en América Latina "so pretexto que propagaban supuestos intereses burgueses".

Asimismo, el Gobierno engañó a los jóvenes para convertirlos en milicianos y los mandó a participar "en guerras bajo el llamado 'internacionalismo' en diferentes países de África y América Latina, enlutando a la nación cubana". También se dio la mayoría de edad a los 16 años "para poder manipular el voto de los jóvenes".

Se suprimieron las asociaciones ajenas al poder y las fiestas religiosas (que se fueron normalizando luego de la visita del Beato Juan Pablo II en 1998). "El Estado creó instituciones para el control y adoctrinamiento de los niños y jóvenes como la Unión de Pioneros (UPC) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC)", entre otros.

"Otro elemento utilizado en este contexto fue la separación y destrucción de los lazos de familia y de amistad por motivos políticos, al introducirse el síndrome del enemigo por cada discrepante, opositor o simple escéptico. Con una crueldad extrema se trataron los casos de personas que abandonaban el país –según los parámetros establecidos- de forma definitiva, con los que se prohibía todo vínculo comunicativo", relató la Fundación.

La transmisión de valores y tradiciones quedó "como competencia del Estado totalitario. Ningún niño puede tomar como ejemplo para cuando sea adulto a su padre, porque desde que ingresan en la escuela deben repetir diariamente: 'Seremos como el Ché'".

"Los resultados de más de medio siglo después, indican que hubo una ruptura en la difusión de los valores morales y se puede afirmar que tres generaciones de cubanos con menos de 60 años, se han formado sin la autoridad necesaria y efectiva de los padres y de la familia", afirmó la Fundación de Madres, Familia y Futuro.

Sin embargo, destacó que "los lazos de familia resultaron ser muy poderosos y en algunos casos, pese a la distancia, volvieron a restablecerse".

La Fundación Madres, Familia y Futuro es un proyecto de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios cuyo objetivo "es velar por el futuro de la familia cubana, brindándole apoyo para el alcance de su progreso y bienestar; así como trabajar arduamente para recuperar los valores morales perdidos, las buenas costumbres y el amor al prójimo".