Por lo tanto, estos criterios pueden usarse para llegar a la certeza moral de que ha ocurrido la muerte, dijo el Papa.
Esta certeza moral se considera "la base necesaria y suficiente para un curso de acción éticamente correcto", dijo el resumen del centro de bioética.
El centro católico de bioética señaló que determinar la muerte por estos criterios neurológicos generalmente implica pruebas de cabecera para evaluar la ausencia de respuesta o reflejos, pruebas de apnea para evaluar la ausencia de la capacidad de respirar y "posibles pruebas confirmatorias para evaluar aún más la ausencia de actividad cerebral (por ejemplo, un electroencefalograma) o la ausencia de flujo sanguíneo al cerebro".
Del mismo modo, las directivas éticas y religiosas de los obispos de los Estados Unidos para los servicios de atención médica católicos indican que "la determinación de la muerte debe ser realizada por el médico o la autoridad médica competente de acuerdo con criterios científicos responsables y comúnmente aceptados".
En una declaración de 2008 sobre la muerte cerebral, la Academia Pontificia de Ciencias declaró que "la muerte cerebral... 'es muerte'", y que existe una "distinción fundamental entre la muerte cerebral y los otros tipos de disfunción cerebral severa con alteración de la conciencia (por ejemplo, el coma, el estado vegetativo y el estado mínimamente consciente)".
"Si no se reúnen los criterios de muerte cerebral, no se cruzó la barrera que divide la vida de la muerte, por severa e irreversible que sea la lesión cerebral", agregó la academia.
La Academia Pontificia de Ciencias dijo que después de la muerte cerebral "no es la persona sino el respirador lo que mantiene artificialmente la apariencia de vitalidad del cuerpo".
"Por lo tanto, en estado de muerte cerebral, la llamada vida de las partes del cuerpo es 'vida artificial', no vida natural. Un instrumento artificial se convierte en la causa principal de dicha 'vida' no natural. De este modo, la muerte se disfraza o se enmascara a través del uso de un instrumento artificial", añade.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.