La Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales alertó que en Reino Unido se está dando una discriminación religiosa indirecta en los centros de trabajo, donde se ha despedido a dos trabajadoras por llevar un crucifijo en el cuello.
Las afectadas son Nadia Eweida, azafata de la compañía aérea British Airways; y Shirley Chaplin, enfermera, ambas suspendidas de sus trabajos por llevar una cruz.
También está el caso de Lilian Ladele, despedida de la administración municipal por negarse a oficiar "matrimonios homosexuales"; y Gary McFarlane, terapeuta expulsado de su trabajo por no querer ofrecer terapia sexual a parejas homosexuales.