El Arzobispo de Abuja (Nigeria), Mons. Ignatius Kaigama aseguró que dar de comer al hambriento, una de las siete obras corporales de misericordia, es un "imperativo ético" y una "poderosa forma de oración".
En la homilía de la Misa que presidió el pasado 9 de marzo en la parroquia St. Matthew, el Prelado dijo que el desempleo y la pandemia del COVID-19 son algunos de los factores que han agravado la falta de comida en la nación africana donde 80 millones de personas sufren a causa de las "consecuencias de la inseguridad alimentaria".
"El derecho al alimento, así como el derecho al agua, tiene un lugar importante dentro de la búsqueda de otros derechos", dijo el Arzobispo. En su opinión, la Jornada Mundial de los Pobres, instituida por el Papa Francisco para que se celebre cada noviembre, "nos urge a amar a los pobres, no con palabras sino con obras".