Más que nunca, hoy en día ser cristiano y católico en Irak es una acto de valentía y testimonio constante. A 15 kilómetros de la frontera con el Estado Islámico, donde están instalados los grupos extremistas del Estado Islámico, en Al Qosh, las casas lucen, a pesar de todo, cruces y pinturas en las paredes que los identifican como católicos, y las personas caminan por la calle llevando medallas y crucifijos.
"Esto los expone constantemente al peligro, pero nadie está dispuesto a renegar de su fe, se sienten tremendamente orgullosos de ser cristianos y lo expresan cada vez que pueden", explicó a ACI Prensa Magdalena Lira, periodista de Fundación AIS (Ayuda a la Iglesia que Sufre), quien junto a una delegación de chilenos, viajó a Irak en marzo de este año para conocer de primera fuente lo que está aconteciendo y la ayuda que se está brindando de parte de la Iglesia.
"Queríamos saber cómo podíamos ayudarlos a cargar la cruz que llevan en este minuto", afirmó.