El Obispo de Santander, Mons. Vicente Jiménez Zamora, lamentó el "intento de retirar el crucifijo" de los lugares públicos, especialmente de colegios y hospitales, y reivindicó su vigencia porque es "símbolo universal de paz, de amor y de entrega por los demás".
Además, consideró que "pedagógicamente es bueno" que los niños aprendan las "lecciones" que da el crucifijo: "la lección del perdón, del amor de Dios al pecador, de la dignidad humana y de la solidaridad con todos los crucificados y con todas las víctimas".
"El crucifijo es una síntesis del Evangelio y el Evangelio no ofende a nadie", sentenció el Prelado cántabro en la homilía que pronunció este mediodía en el monasterio de Santo Toribio de Liébana con motivo de la celebración de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.