En la homilía de la Misa que presidió esta mañana en la explanada junto al aeropuerto de la ciudad de Brno, el Papa Benedicto XVI recordó ante unas 150 mil personas que ante un mundo que le da la espalda a Dios, “Cristo es nuestra firme esperanza”.
Ante fieles llegados no solo de otras partes de República Checa sino también de Eslovaquia, Polonia, Austria y Alemania, el Santo Padre afirmó que "la historia ha demostrado lo absurdo a lo que llega el ser humano cuando excluye a Dios del horizonte de sus decisiones y de sus acciones, y lo duro que resulta construir una sociedad inspirada en los valores del bien, de la justicia y de la fraternidad, porque el ser humano es libre y su libertad sigue siendo frágil".
Tras manifestar que la fe y la esperanza en la época actual "han sido relegadas a al esfera privada y ultraterrena, mientras en la vida concreta y pública se ha afirmado la confianza en el progreso científico y económico", el Papa aseguró que "sabemos que este progreso es ambiguo: abre posibilidades de bien junto a perspectivas negativas", pero "no bastan para garantizar el bienestar moral de la sociedad".