La situación en la ciudad de Belén, Palestina, es catastrófica debido al coronavirus. La pandemia, ya en gran parte controlada, ha causado un parón económico y la interrupción de las peregrinaciones cortando así la fuente de ingresos de la población local, sobre todo de los cristianos, que vive del turismo.
En declaraciones a ACI Prensa, el empresario católico palestino Anwar Shomali explica que "los primeros casos de contagio aparecieron en Belén traídos por un grupo griego que empezó su peregrinación en Tierra Santa y en la mitad del viaje se fue a Egipto. Parece ser que trajo el virus desde allí".
De vuelta a Belén, los peregrinos de ese grupo "se alojaron en un hotel de Beit Jala y contagiaron a la mitad de los empleados. Dichos empleados, sin saberlo, llevaron el virus a sus familias y a su ambiente social", generando una cadena de contagio que obligó a establecer "una serie de restricciones de todo tipo".