1 de diciembre de 2007 / 3:04 p. m.
A través de un comunicado, el organismo episcopal expresa también “su afecto y sincera solidaridad con las víctimas, especialmente con los familiares de las personas directamente afectadas por el atentado”.
El citado documento señala que “todos están obligados a anteponer la unión contra el terrorismo a sus legítimas diferencias políticas o estratégicas” y advierte que “una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político legítimo de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor político”.
“Al condenar enérgicamente este atentado, constatamos una vez más que el terrorismo constituye una “estructura de pecado” y pedimos a las comunidades cristianas que perseveren en la oración por las víctimas del terrorismo y por sus familiares, por la conversión de los terroristas y el cese de la violencia, y para que Dios otorgue sabiduría y fortaleza a los gobernantes en sus decisiones y acciones, encaminadas a la desaparición del terrorismo”, concluye el comunicado.
El de esta mañana es el primer atentado contra guardias civiles españoles en Francia.