Akiko Tamura había salvado vidas en el quirófano. Durante años ejerció como cirujano del tórax, pero en su interior sabía que Dios le pedía más. A pesar de estar feliz con su vida y su profesión, desde que hizo la primera comunión supo que el Señor le pedía todo.
Al principio "la idea de ser carmelita descalza me parecía una auténtica payasada", pero Dios le hizo ver que, con 37 años, la quería en el Convento del Buen Pastor que esta congregación tiene en Zarautz, Guipúzcoa en España.
Según cuenta en el programa "Cambio de Agujas" de la Fundación EUK Mamie-HM Televisión, el padre de Akiko, de origen japonés, se convirtió al catolicismo del budismo sintoísta gracias a la oración de su madre, católica y española.