El Papa Francisco celebró este jueves las Segundas Vísperas de la Solemnidad de la Conversión de San Pablo, y destacó que al Apóstol "la gracia de Dios lo empujó a buscar la comunión con los otros cristianos".
"¡Cuántos hermanos hoy sufren persecuciones por el nombre de Jesús! Cuando su sangre es derramada, también si pertenecen a confesiones diversas, se convierten juntos en testimonios de la fe, mártires, unidos en el vínculo de la gracia bautismal", afirmó en la Basílica de San Pablo Extramuros.
En la celebración, con la que concluye la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Santo Padre señaló que "todos nosotros, los cristianos hemos pasado a través de las aguas del Bautismo, y la gracia del Sacramento ha destruido a nuestros enemigos, el pecado y la muerte. Salidos de las aguas hemos alcanzado la libertad de los hijos; hemos emergido como pueblo, como comunidad de hermanos y hermanas salvados".