Al recibir esta mañana a los participantes en la sesión plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias, el Papa Benedicto XVI señaló que la ciencia, los avances tecnológicos, deben orientarse siempre al auténtico bien y desarrollo integral del hombre, considerando su dimensión espiritual que es la más importante.
El Santo Padre afirmó que "por un lado, algunos plantean la ciencia como una panacea, dados sus logros notables en el siglo pasado. Sus avances innumerables" podrían dar a entender que "la ciencia puede contestar a todas las cuestiones relacionadas con la existencia del ser humano, e incluso a sus más altas aspiraciones. Por otro lado, hay quienes temen la ciencia y quienes se distancian de ella debido a su evolución preocupante, como la construcción y el uso terrible de las armas nucleares".
"La ciencia, por supuesto, no se define por ninguno de estos dos extremos. Su tarea era y sigue siendo una paciente y apasionada búsqueda de la verdad sobre el cosmos, la naturaleza y sobre la constitución del ser humano. En esta búsqueda, ha habido muchos éxitos y fracasos, triunfos y reveses".