Este subsidio pastoral está formado por el mensaje que el Santo Padre publicó para la ocasión, la oración oficial y las catequesis de los miércoles del Papa sobre la ancianidad. Estos textos van acompañados de algunas sugerencias pastorales y litúrgicas.
Además, la Penitenciaría Apostólica ha concedido la Indulgencia Plenaria a todos los ancianos que participen en las liturgias celebradas con motivo de la Jornada, y a todos aquellos que en los días inmediatamente anteriores o posteriores a la Jornada visiten a un anciano que esté solo. La visita, de hecho, escribe el Papa Francisco en el mensaje para la Jornada, "¡es una obra de misericordia de nuestro tiempo!"
Este kit pastoral fue enviado a todas las Conferencias Episcopales para ayudar a poner en práctica la invitación del Santo Padre a celebrar la Jornada en todas las diócesis, parroquias y comunidades eclesiales, pero también para ofrecer instrumentos pastorales para sentar las bases de una atención a los mayores que mire al futuro.
En esta línea, el prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el Cardenal Kevin Farrell, dijo que "la atención a los abuelos y a los ancianos no puede ser algo extraordinario, porque su presencia no es excepcional, sino un hecho establecido en nuestras sociedades. El Santo Padre nos invita a tomar conciencia de su relevancia en la vida de nuestros países y comunidades y a hacerlo no de forma episódica, sino estructural. Es decir, no se trata de perseguir una urgencia, sino de sentar las bases de una pastoral a largo plazo que nos compromete durante décadas".