Encarnación González es la Directora de la Oficina de las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Española y una de las principales artífices de la beatificación de los 522 mártires en Tarragona.

Según cuenta Encarnación González a ACI Prensa, "inicialmente el grupo de mártires que se iba a beatificar era de 539, pero en el proceso de estudio no se veía del todo claro o no había documentación suficiente, porque no se conocía bien los datos del martirio y algunos se quedaron en el camino".

"No es que ellos no hayan sido mártires – precisó – sino que no había datos suficientes, porque aunque sea una beatificación de muchos se han estudiado uno por uno".

Encarnación González comenzó la Oficina de las Causas de los Santos en la Conferencia Episcopal Española en el año 2001, porque desde el Vaticano pidieron que se agruparan las causas de los mártires de la persecución religiosa del siglo XX porque eran muchas y muy numerosas.

"Cuando se inició la Oficina de las Causas de los Santos en España se programó la beatificación que tuvo lugar en el año 2007 en la que se beatificaron 498 mártires. También estaba pensada que habría otra ceremonia, no tenía fecha aún pero se sabía que serían en torno a 500 mártires", explica la directora de la Oficina de las Causas de Beatificación.

Las dos últimas beatificaciones en España han sido especialmente numerosas por petición expresa de la Congregación de las Causas de los Santos, en el Vaticano "para no multiplicar ceremonias. Porque ahora hay 33 causas y si no se hubieran juntado habría habido una beatificación cada 15 días y eso podría hacer que se perdiera el sentido".

Encarnación González explica que a pesar de que hay muchas otras causas de martirio que están muy adelantadas en el proceso, actualmente no está prevista otra beatificación de estas magnitudes.  

La Directora de la Oficina de las Causas de los Santos en España precisa que muchos de los mártires murieron durante los meses de julio y agosto de 1936, "cuando todavía no se había proclamado oficialmente la Guerra Civil y España se encontraba en una situación de golpe de Estado".

Y por eso explica que "el tema del martirio siempre es difícil porque se da en una circunstancia casi siempre confusa y compleja, pero hay que distinguir entre quienes mueren tomando parte en un conflicto bélico de los que son víctimas de la persecución como la que verdaderamente hubo en España en esa época. Porque muchos de ellos tuvieron la oportunidad de renunciar a su fe y salvar la vida, pero prefirieron la coherencia, la fidelidad, considerándolo un bien mayor que la vida".

"Ellos murieron perdonando, por eso no se puede hablar de ellos de otra manera que no sea esta. Hablar de los mártires es hablar del amor, del perdon de la reconciliación, de la fidelidad, no es el tema del odio ni de la venganza. La Iglesia nunca investiga quién les mató", afirma Encarnación González.

La Directora asegura que desde la última beatificación de mártires de la persecución religiosa en España, que tuvo lugar en el año 2007 ha percibido un progreso en la percepción de los mártires españoles en la sociedad, "antes se les asimilaba más a un bando o al otro de la Guerra Civil, que no tenia que ver, pero poco a poco y a costa de estas beatificaciones se va comprendiendo más que el tema del martirio es quienes imitaron a Jesucristo hasta el extremo, hasta dar la vida, como hizo él".

Y recuerda el caso de un Hermano de La Salle que vivía en la comunidad que tenían en Gijón, Asturias, en el norte de España.

"Algunos de ellos eran profesores, otros cuidaban ancianos y uno de ellos cuidaba a los enfermos. Cuando asaltaron la casa y les colocaron delante de la capilla para matarlos, creyeron que el Hermano que atendía a los enfermos era un mero enfermero, pero él mismo dijo "yo también soy religioso". Podría haberse salvado, pero prefirió dar su vida por su fe, por su vocación", asegura González.

Sobre la beatificación, Encarnación González asegura que es un día muy especial y "de gran gozo", pero que se trata de un reconocimiento que a los mártires no les añade nada, ya que "ellos están desde hace mucho en el Cielo gozando de Dios", pero para nosotros la Iglesia nos certifica que están allí y eso es "una alegría inmensa".