1 de octubre de 2006 / 05:01 PM
Aunque el conflicto en el Líbano ha terminado, la paz aún no llega para los habitantes de una aldea católica maronita que pasa sus días en el temor de que Hezbollah convierta su país en una nación islámica.
El 40 por ciento de la población libanesa se declara cristiana y el grupo más numeroso y emblemático de ellos es el de los católicos maronitas.
El diario mexicano El Universal difundió un reportaje de Karen Marón, enviada especial a Líbano, que narra las vicisitudes de Rmaich, una aldea maronita de ocho mil habitantes ubicada a dos kilómetros de la frontera con Israel. El pueblo no fue destruido por los recientes bombardeos pero sus habitantes viven en permanente zozobra.