El Obispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, solicitó al gobierno de China que ponga fin a la persecución contra los cristianos y que permita el derecho a la libertad religiosa.
En una sencilla manifestación de unas 100 personas el domingo 24 de abril frente a las oficinas administrativas de Hong Kong, el Purpurado afirmó "que no podemos dar por descontado que tenemos que afrontar esta persecución. No podemos quedarnos sin hacer nada. Si nos quedamos callados, somos cómplices".
Ese mismo día la comisión diocesana de Justicia y Paz de Hong Kong anunció la conclusión de una campaña para pedirle al Papa Francisco que rece por la libertad religiosa y por el fin de la persecución en China.