21 de febrero de 2005 / 01:25 PM
Al celebrar la Eucaristía por el II Domingo de Cuaresma en la Catedral Metropolitana, el Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera, afirmó que para evitar que la Cuaresma se quede “en puras palabras y buenas intenciones” es necesario “escuchar la voz del Señor que nos llama a un encuentro con Jesucristo vivo, camino para la conversión, la comunión y la solidaridad”.
En su homilía, el Cardenal explicó que “la contemplación de la Transfiguración del Señor, transmitida y conservada por los tres primeros evangelistas, es muy sugerente para el tiempo cuaresmal en donde nos preparamos a vivir con mayor intensidad la muerte y la resurrección de Cristo”.
“Jesús, flanqueado por Moisés y Elías, aparece como el nuevo legislador y el máximo de los profetas. Su rostro bañado por el sol y su figura nimbada de luz nos hablan de Cristo como la verdad luminosa, como el Maestro superior a todos los personajes del Antiguo Testamento”, afirmó el Arzobispo y resaltó que “esta experiencia, tarde o temprano, todos de alguna manera la tenemos”.