El manuscrito que el Papa Francisco leyó antes de su elección en el cónclave

El manuscrito que el Papa Francisco leyó antes de su elección en el cónclave
El Papa Francisco. Foto: Alan Holdren (ACI Prensa)

El Arzobispo de La Habana (Cuba), Cardenal Jaime Ortega, fue quien dio a conocer un discurso que el entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio ofreció durante las congregaciones generales antes del Cónclave en el año 2013. 

Horas antes de ser elegido Papa, el Cardenal Bergoglio regaló al Cardenal Ortega el manuscrito del discurso que pronunció en las congregaciones generales, que eran las reuiones que sostenían los cardenales antes del inicio del Cónclave.

El texto fue leído por el Purpurado cubano el 23 de marzo de 2013 durante la Misa en la catedral local y fue publicado en la revista de ese mes del Arzobispado de La Habana, Palabra Nueva, todo con la autorización del Pontífice.

En el discurso y sin presagiar que resultaría electo, el entonces Cardenal Bergoglio pidió un Papa que lleve a la Iglesia a salir de sí misma y a evangelizar lo que denominó "las periferias existenciales" del dolor, la ignorancia y el pecado.

El texto manuscrito del discurso que el Papa dirigió a los cardenales en las congregaciones generales
El texto manuscrito del discurso que el Papa dirigió a los cardenales en las congregaciones generales

El discurso lleva por título "La dulce y confortadora alegría de evangelizar" y es el siguiente:

"Se hizo referencia a la evangelización. Es la razón de ser de la Iglesia. – 'La dulce y confortadora alegría de evangelizar' (Pablo VI). - Es el mismo Jesucristo quien, desde dentro, nos impulsa.

1.- Evangelizar supone celo apostólico. Evangelizar supone en la Iglesia la parresía de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.

2.- Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma (cfr. La mujer encorvada sobre sí misma del Evangelio). Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teológico. En el Apocalipsis Jesús dice que está a la puerta y llama. Evidentemente el texto se refiere a que golpea desde fuera la puerta para entrar… Pero pienso en las veces en que Jesús golpea desde dentro para que le dejemos salir. La Iglesia autorreferencial pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir.

3.- La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia; deja de ser el mysterium lunae y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual (Según De Lubac, el peor mal que puede sobrevenir a la Iglesia). Ese vivir para darse gloria los unos a otros. Simplificando; hay dos imágenes de Iglesia: la Iglesia evangelizadora que sale de sí; la Dei Verbum religiose audiens et fidenter proclamans, o la Iglesia mundana que vive en sí, de sí, para sí. Esto debe dar luz a los posibles cambios y reformas que haya que hacer para la salvación de las almas.

4.- Pensando en el próximo Papa: un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de 'la dulce y confortadora alegría de la evangelizar'".

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