Los recientes resultados de las elecciones en Estados Unidos revelan que los Obispos y todos los demás católicos deben trabajar más y mejor para presentar con claridad la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio, afirmó el Arzobispo de Nueva York y Presidente del Episcopado, Cardenal Timothy M. Dolan.

En conferencia de prensa realizada ayer en el marco de la asamblea plenaria de los Obispos de Estados Unidos que se realiza en Baltimore hasta este jueves 15, el Purpurado dijo que "nuestro rol, nuestra sagrada responsabilidad es defender el matrimonio de cualquier cosa que pueda diluirlo de su naturaleza y lo que el Dios de esa naturaleza quiso: una unión fiel, de por vida, dadora de vida, entre una hombre y una mujer".

El Cardenal recordó además que la definición del Matrimonio que hace la Iglesia, como la unión de un hombre y una mujer, no es el resultado "de un prejuicio en contra de las personas con atracción del mismo sexo".

En vez de ello, explicó, la Iglesia se opone a cualquier cosa que "agreda" o "combata" la santidad del matrimonio, incluyendo el "divorcio frívolo y el matrimonio a prueba".

Sin embargo, quienes se oponen al matrimonio auténtico siguen "caricaturizándonos como gente malévola o fanática que está tratando de imponer sus perspectivas medievales al resto de la sociedad".

El Arzobispo dijo que en vez de permitir que esos ataques sigan, la Iglesia y quienes apoyan sus enseñanzas sobre el matrimonio deben trabajar para comunicar efectivamente su posición de una forma que sea mejor entendida por la sociedad.

"No somos antigay, no estamos en contra de los divorciados. Lo que pasa es que somos pro-matrimonio", precisó.

En las elecciones de la semana pasada los votantes de los estados de Maryland y Washington aprobaron leyes que legalizan el "matrimonio" homosexual, mientras que en Minnesota se rechazó por muy poco una enmienda constitucional para definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.

El Cardenal Dolan dijo que esas votaciones y la decisión en el estado de Maine de otorgar licencias de matrimonio a parejas homosexuales, son "un desafío del que no podemos apartarnos".