Durante su homilía del Te Deum celebrado en la Catedral Metropolitana de esta capital por la asunción del mando de la nueva Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, el Arzobispo de Santiago, Cardenal Javier Errázuriz, afirmó que “con confianza le pedimos a Dios que nuestros gobernantes y legisladores protejan siempre el don sagrado de la vida, y que todos sepamos apreciar debidamente cada existencia humana”.
El Purpurado chileno señaló que este aprecio de la vida debe extenderse “también cuando está enferma, desvalida o indefensa, de manera que toda vida humana sea deseada y amada, sea recibida en una sociedad acogedora y en un hogar rico en valores, y cuente con todo lo que necesita para su desarrollo y para apoyar a los demás”.
“Sabiendo que el derecho a la vida es el fundamento de todos los derechos humanos, y conociendo su inapreciable valor, ¿podríamos despreciar una vida? ¿Podríamos impedirle nacer? ¿Podríamos troncharla cuando es indefensa?¿Podríamos cerrarle los caminos a su mejor realización? ¿Podríamos dejarla en la postración del hambre, la enfermedad y la miseria? ¿Tenemos el derecho a calificar unas vidas de valiosas y otras de inservibles? ¿Podríamos desentendernos de algunas vidas y aun maltratarlas, como si unas fueran respetables y otras no lo fueran?”, cuestionó el Arzobispo y recordó que “la historia del siglo XX es, entre otras cosas, un doloroso documental de las injusticias terribles que provocaron tales discriminaciones”.