El camino de la fe no es alienación sino una preparación cotidiana para la belleza del cielo que es el destino definitivo al que toda persona está invitada, explicó el Papa Francisco esta mañana en la homilía de la Misa que celebró en la Casa Santa Marta.
Ante algunos empleados de la Tipografía Vaticana, de la Oficina de Trabajo de la Sede Apostólica (ULSA) y miembros del Cuerpo de Gendarmes presentes en la Eucaristía, Francisco comentó la frase que Jesús dice a sus discípulos en el evangelio de hoy: "No se turbe vuestro corazón".
"Son palabras muy hermosas. En un momento de despedida, Jesús habla con el corazón en la mano. Sabe que sus discípulos están tristes y empieza a hablarles de aquel que será su destino definitivo, el cielo. Les dice 'Tened fe en Dios y en mí'... como si fuera un ingeniero o un arquitecto les dice lo que va a hacer: 'Voy a prepararos un lugar, en la casa de mi Padre hay muchas moradas'. Y Jesús va a buscarnos un lugar".