Durante una Misa celebrada en la Capilla Sixtina con ocasión de la Solemnidad del Bautismo del Señor, el Papa Benedicto XVI bautizó a 13 niños, hijos de trabajadores del Vaticano, y señaló que los padres, tras el Bautismo, deben ser los primeros modelos de vida cristiana para los hijos.
“Este es uno de los momentos más expresivos de nuestra fe, en el que podemos casi ver, a través de los signos de la liturgia, el misterio de la vida”, dijo el Pontífice “En primer lugar, vida humana, representada aquí en articular por estos 13 niños que son el fruto de vuestro amor…y está el misterio de la vida divina, que hoy Dios dona a estos pequeños mediante el renacimiento en el agua y el Espíritu Santo”.
Pero a diferencia de la vida terrena, que pasa, el Papa recordó que “en el Bautismo el pequeño ser humano recibe una vida nueva, la vida de la gracia, que lo hace capaz de entrar en relación personal con el Creador, y esto para siempre, para toda la eternidad”.