Al recibir esta mañana las cartas credenciales del nuevo Embajador de Japón ante la Santa Sede, Hidekazu Yamaguchi, el Papa Benedicto XVI reiteró su llamado al desarme nuclear mundial y recordó que la guerra no debe ser considerada "como un medio de resolución de conflictos entre las naciones y pueblos".
En su discurso en francés el Santo Padre alabó la labor que realiza Japón en el extremo oriente para promover la paz y el desarrollo y recordó que este año se cumplen 65 años del "trágico bombardeo atómico contra las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki".
Esta tragedia, continuó el Pontífice, "nos recuerda con insistencia lo necesario que es perseverar en los esfuerzos a favor de la no proliferación de armas nucleares y el desarme. Las armas nucleares siguen siendo una preocupación mayor. Su posesión y el riesgo de su eventual uso aumentan las tensiones y la desconfianza en un buen número de regiones del mundo".